Cistitis en hombres: causas, tipos, síntomas, diagnóstico, tratamiento, complicaciones, prevención.

Cistitis en un hombre, acompañada de necesidad frecuente de orinar y dolor.

El proceso inflamatorio en la vejiga en la mayoría de los casos se registra en hombres mayores de 40 años, lo que se asocia con una disminución natural de la inmunidad. Los hombres que tienen patologías concomitantes del sistema genitourinario de naturaleza infecciosa están predispuestos al desarrollo de cistitis.

La cistitis es una enfermedad rara entre los hombres. Gracias a la uretra alargada, es difícil que la infección penetre en la vejiga. Un chorro de orina elimina el patógeno que ha entrado en la uretra, pero si logra permanecer en las paredes de la uretra, el movimiento a través de ella es tan lento que las células del sistema inmunológico logran matar el agente infeccioso.

Esto explica que el diagnóstico de patología en los hombres ocurre 10 veces menos que en las mujeres. La enfermedad se desarrolla solo si existen factores que favorecen el desarrollo masivo de la microflora patógena en el contexto de una pronunciada disminución de la inmunidad. A menudo, estas condiciones crean congestión en la vejiga.

Causas de cistitis en hombres.

La enfermedad se desarrolla cuando las infecciones por E. coli, cocos o urogenitales penetran en la vejiga. Este proceso se ve facilitado por cambios tales como:

  • disminución de la inmunidad bajo la influencia de la radiación, desarrollo de diabetes mellitus, enfermedades de la sangre;
  • desarrollo de una respuesta negativa del sistema inmunológico;
  • proceso inflamatorio en la próstata, riñones, uréteres;
  • compresión de la vejiga debido a cáncer de próstata o hiperplasia benigna;
  • formación de fístulas en el recto;
  • septicemia;
  • daño al cuerpo por infecciones de transmisión sexual;
  • flujo de orina inverso;
  • lesión de la vejiga, incluso como resultado de intervenciones quirúrgicas en el área pélvica;
  • Penetración de virus protozoarios en la sangre y la linfa.

La hipotermia prolongada del cuerpo, que provoca una fuerte disminución de la inmunidad, también puede provocar el desarrollo de patología.

Tipos de cistitis

Dependiendo de qué tan vívidamente se manifiesten los síntomas, la enfermedad se divide en formas agudas y crónicas. La cistitis aguda suele dividirse en aquellas que ocurren por primera vez, que aparecen no más de una vez al año o que se registran al menos dos veces al año. Después de completar todas las medidas terapéuticas, no se detecta ningún proceso inflamatorio en la vejiga y una prueba de laboratorio de control confirma la normalización de todos los indicadores.

Al prescribir el tratamiento, se realizan modificaciones al régimen terapéutico estándar teniendo en cuenta si la enfermedad es primaria o secundaria. La cistitis primaria es aquella que se presenta de forma independiente y no es una complicación de otra patología. Una forma aguda de patología puede surgir como resultado de la exposición a un factor medicinal, tóxico, infeccioso o químico. La infección por parásitos también puede provocar patología. La forma crónica puede ser infecciosa, traumática, neurotrófica o inducida por radiación.

La cistitis crónica se caracteriza por un curso en el que los períodos de descanso son reemplazados por exacerbaciones. Hay 3 tipos de forma crónica:

  • Latente.La enfermedad se presenta sin la aparición de síntomas pronunciados y se detecta durante un examen médico de rutina. La patología tiene períodos raros de exacerbaciones, que coinciden en los síntomas con la cistitis aguda.
  • Persistente.La exacerbación se registra aproximadamente 2 veces al año. Los síntomas de la enfermedad son moderados.
  • Intersticial.Esta forma se caracteriza por exacerbaciones frecuentes y la presencia de dolor incluso durante los períodos de reposo. Esta cistitis se considera el tipo de cistitis más peligroso y difícil de tratar, ya que provoca una destrucción rápidamente progresiva de las paredes de la vejiga.

En la mayoría de los casos, al clasificar una enfermedad crónica, el urólogo se centra en la gravedad del daño a la pared del órgano, la gravedad de los síntomas y no en la frecuencia de las recaídas.

En la práctica médica también se utiliza una clasificación que permite subdividir la patología según el criterio de la parte de la vejiga afectada. En este caso, se acostumbra distinguir la cistitis:

  • Cervical.El proceso inflamatorio se localiza en el cuello de la vejiga y afecta a sus esfínteres. Un hombre se enfrenta al problema de la micción frecuente y la incontinencia urinaria. El proceso de vaciar la vejiga se vuelve doloroso.
  • Trigonita.El proceso inflamatorio comienza en el esfínter del órgano afectado y se extiende a la boca del uréter. Esta forma a menudo provoca el desarrollo de reflujo urinario. Cuando la orina regresa, el agente infeccioso puede penetrar los riñones, contribuyendo a la aparición de pielonefritis. El hombre tiene problemas urinarios, incluida incontinencia de orina que contiene sangre o pus.
  • Difuso.Su característica distintiva es el daño a la pared de la vejiga.

Al identificar daños en la membrana mucosa y las estructuras ubicadas debajo, no basta con que el urólogo diagnostique cistitis difusa, también necesita aclarar el subtipo de la enfermedad, que caracteriza las características del curso del proceso inflamatorio y el daño causado. por esto.

Para determinar las características del daño a las paredes de la vejiga durante la cistitis, se utilizan métodos de examen endoscópico mediante biopsia. El estudio del material biológico y el análisis de los síntomas que lo acompañan nos permite clasificar aún más la patología como:

  • catarral, que sólo provoca enrojecimiento e irritación de la mucosa;
  • hemorrágico, provocando el desarrollo de sangrado;
  • cístico, en el que se forman quistes en la pared dañada;
  • ulcerativo, cuyo nombre se debe a la aparición de úlceras;
  • flemonoso, diagnosticado cuando se forma pus en el área problemática;
  • gangrenoso, registrado en presencia de necrosis tisular.

También hay algunos tipos de enfermedades que se registran muy raramente, por ejemplo, con la esquistosomiasis urogenital o causadas por una infección por hongos. El proceso inflamatorio puede ir acompañado de la aparición de una gran cantidad de placas en la membrana mucosa del órgano, en este caso la cistitis se define como malacoplasia.

Síntomas característicos de la cistitis en hombres.

Los signos de patología pueden variar ligeramente dependiendo de si se presenta de forma aguda o crónica, el tipo de patógeno y la naturaleza de la lesión. La gravedad de la enfermedad está determinada por la intensidad de los síntomas y el grado de daño a la vejiga.

La cistitis aguda se caracteriza por problemas para orinar, que se vuelven dolorosos y difíciles, con ganas frecuentes, incluso por la noche. Los pacientes a menudo se quejan de una falsa necesidad de orinar y una sensación de vaciado incompleto de la vejiga. La orina misma se vuelve oscura y turbia, puede adquirir un olor acre específico o contener impurezas de pus o sangre.

El proceso inflamatorio en la mayoría de los casos provoca un aumento de la temperatura corporal y la aparición de dolores intensos localizados en la ingle, el escroto y la uretra. La intoxicación del cuerpo provoca debilidad general, letargo y disminución de la concentración. En algunas formas de patología, se registra incontinencia urinaria. Con un curso prolongado de la enfermedad, la micción comienza a ir acompañada de una sensación de ardor pronunciada.

En la forma crónica de la enfermedad, la intensidad de los síntomas es menos pronunciada y rara vez se registran temperaturas elevadas. Con cistitis latente, los signos de patología pueden estar completamente ausentes, la presencia de un proceso inflamatorio solo se puede detectar mediante pruebas de laboratorio.

La cistitis intersticial se acompaña de un aumento significativo de las ganas de orinar, acompañado de un dolor constante y persistente en la zona suprapúbica. Los cambios generales en el cuerpo se reducen al desarrollo de ansiedad, irritabilidad y depresión progresiva.

Diagnóstico de cistitis

Para hacer un diagnóstico es necesario visitar a un urólogo, quien realiza un examen personal del paciente y estudia una serie de quejas. El paciente debe someterse a un procedimiento de tacto rectal. El médico inserta un dedo en el recto para examinar el estado de la próstata. Este método le permite determinar si los síntomas están asociados con prostatitis o hiperplasia prostática.

El siguiente paso es la derivación a pruebas de laboratorio, que no solo confirmarán la presencia de un proceso inflamatorio, sino que también determinarán el tipo de agente infeccioso para seleccionar el fármaco al que tendrá la máxima sensibilidad. La lista de pruebas de laboratorio incluye:

  • Análisis generales de orina.El desarrollo de cistitis está indicado por una mayor concentración de leucocitos, la presencia de moco, bacterias, células epiteliales o impurezas sanguíneas en el fluido biológico.
  • Análisis de sangre generales.Los cambios en los indicadores indican la gravedad de la patología. Esta lista incluye la detección de leucocitosis, aumento de la concentración de eosinófilos.
  • Tanque de siembraEl estudio de los patógenos contenidos en la orina o en las paredes de la uretra permite evaluar su sensibilidad a la acción de diversos fármacos antibacterianos.
  • Pruebas de infeccionesenfermedades de transmisión sexual.

Si los resultados obtenidos dan una imagen borrosa que no permite determinar de manera inequívoca la condición del paciente, es posible prescribir estudios adicionales, que incluyen un análisis de sangre bioquímico, un inmunograma y una evaluación de la concentración del antígeno prostático específico.

Además, durante un examen completo, se utilizan métodos de diagnóstico instrumental:

  • cistografía y cistoscopia;
  • Ultrasonido de los riñones, próstata;
  • uroflujometría.

La ecografía de la vejiga puede proporcionar la imagen más detallada del estado de la vejiga, pero durante el curso agudo de la patología es imposible llenar el órgano con orina hasta el límite requerido, lo que excluye el uso de este método.

Tratamiento de la cistitis en hombres.

El curso terapéutico debe ser prescrito únicamente por un médico. Para las formas de patología leves o moderadas, es posible una forma de tratamiento ambulatorio, que incluye exámenes de seguimiento regulares por parte de un urólogo. En casos graves con retención urinaria aguda, dolor intenso o sangrado, se prescribe tratamiento hospitalario.

El tratamiento quirúrgico rara vez se utiliza; la indicación de la cirugía es la retención urinaria aguda en presencia de necrosis tisular o adenoma de próstata. En otros casos, se utilizan métodos de terapia conservadora.

Al diagnosticar cistitis aguda, se recomienda que un hombre permanezca en cama durante 3 a 5 días. Debe seguir una dieta que excluya de la dieta alimentos o bebidas que irriten las paredes de la vejiga:

  • alcohol;
  • té fuerte, café;
  • alimentos salados o ahumados;
  • especias picantes.

El paciente necesita aumentar el volumen de líquido consumido a 3 litros por día, evitando bebidas carbonatadas y energéticas. Para suprimir el proceso inflamatorio, al paciente se le prescribe un complejo de medicamentos antibacterianos, antisépticos y antiespasmódicos. Además, se pueden utilizar decocciones de hierbas con un suave efecto antiinflamatorio y antiséptico pronunciado, por ejemplo, a base de manzanilla y caléndula.

Para combatir el dolor moderado, también puede usar una almohadilla térmica en la parte inferior del abdomen, pero para las formas hemorrágicas o tuberculosas de la patología, este método está contraindicado. Los microenemas con anestésico pueden aliviar el dolor agudo, pero solo pueden usarse con el permiso del médico tratante. La duración del tratamiento de la cistitis aguda rara vez supera los 14 días.

La terapia para la cistitis crónica implica tomar medidas para eliminar los factores que apoyan y provocan el proceso inflamatorio. En presencia de congestión, se prescriben masajes y medicamentos adecuados, si se detectan cálculos o prostatitis, se toman medidas para eliminarlos. Después de determinar la sensibilidad del patógeno, se selecciona la terapia con antibióticos.

La cistitis crónica se trata no solo con medicamentos, sino también con fisioterapia. El segundo grupo incluye la inserción de un catéter en la vejiga para enjuagarlo con una solución antibacteriana o antiséptica, por ejemplo, a base de aceite de espino amarillo. Además, se utilizan electroforesis, fangoterapia e inductotermia.

Para la cistitis tuberculosa, se prescriben medicamentos que pueden suprimir la actividad del patógeno y instilaciones a base de aceite de pescado.

En el tratamiento de la forma de radiación de la patología, se utilizan además instilaciones con agentes regeneradores, pero en caso de lesiones extensas se recomienda la cirugía plástica. Para el tratamiento de la cistitis intersticial, se prescribe un complejo de medicamentos que incluyen analgésicos, hormonales, antimicrobianos, antiinflamatorios y antihistamínicos.

Las decocciones de hierbas se utilizan como tratamiento auxiliar. Para preparar infusiones de hierbas se pueden utilizar flores u hojas secas de manzanilla, hierba de San Juan, ortiga y eucalipto. Estos agentes actúan suavemente, no tienen un efecto pronunciado sobre el sistema inmunológico y estimulan las funciones protectoras naturales del cuerpo. La duración de la terapia puede alcanzar 1 año, mientras que la mezcla de hierbas debe cambiarse cada 2 meses.

Complicaciones de la enfermedad.

Si no busca ayuda médica de manera oportuna, existe el riesgo de que una infección ingrese a los riñones, lo que provoca el desarrollo de pielonefritis o flujo inverso de orina. En algunas formas de patología, la formación de una fístula puede convertirse en una complicación. El daño al esfínter de la vejiga no siempre contribuye a la incontinencia urinaria y también es posible el desarrollo de retención aguda.

Prevención de la cistitis

El desarrollo de la enfermedad se puede prevenir manteniendo relaciones íntimas, incluida la prevención de infecciones de transmisión sexual. Un hombre necesita controlar el estado general de su inmunidad, lo que requiere el tratamiento oportuno de todas las enfermedades infecciosas, la lucha contra la prostatitis y la realización de exámenes médicos anuales. Dejar de fumar, llevar un estilo de vida activo y evitar la hipotermia puede ayudar a prevenir la cistitis.

La cistitis en los hombres rara vez se diagnostica, pero esto no significa que la patología sea inofensiva. Con inmunidad reducida y cambios que ocurren en el cuerpo como resultado del envejecimiento natural (después de los 40 años), el riesgo de desarrollar patología aumenta significativamente.

Hay que tener en cuenta que la enfermedad puede ser asintomática durante algún tiempo, por lo que los hombres no deben rechazar los exámenes médicos preventivos que puedan detectar la inflamación en las primeras etapas.